Poemario

#1

Recuerdo el último día de esta vida,

era gris, tenue y lento,

recuerdo tus días en mi vida,

eran el almíbar de mis ojos.

Recuerdo como fue la vida en un día,

fue negro, violento y rápido,

recuerdo mi vida en tus días

eran el embrujo del paraíso.

Fuego en mis venas,

fluye cual si sangre fuera,

miedo en mis piernas

se condensa y me llevan....

Me llevan a caminar

en mundos distantes,

en mundos impares

donde los sueños están muertos

Donde me resucitan tus besos,

donde solo con tu aliento

se construye el tiempo

y se teje en tus dedos

Toda la angustia del universo,

liberame y seamos eternos

volvamos a caminar por mundo paralelos

donde nuestros cuerpos son etéreos.

#2

Huele a miedo,

no es un secreto, en este tiempo

todos olemos a eso,

somos parte de un nuevo misterio

Huele a traición,

y esto si es perverso,

ya no hay nadie honesto

todos lo héroes han muerto

Huele a muerte,

no hay nadie en pie,

todos arrodillados y llorando

muertos que no tienen ya recuerdos

#3

Tu rostro aun es maravilloso,

recuerdos de mil y sal llegan hoy,

tu mente me dibuja otra vez,

y tus labios me persiguen desde ayer.

Arco iris negros llegan a mis sueños,

rezos ocultos traen estos versos,

invocamos al amor y vendemos nuestras almas

al mejor postor, y nuestros cuerpos ya no son bellos.

Otra vez aquí, tus manos apunta a mi,

tu escopeta me busca y mis plegarias te insultan,

compuse esta noche para ti,

para el momento de morir.

#4

Hace tres noches corte mis venas,

derrame mi sangre entre tus cejas,

construí un paraíso en tus orejas,

para que pensar no pudieras.

#5

Este no es un poema de amor,

es un poema que nació con rencor,

en una noche fría y sin pasión,

ha explotado mi corazón.

En una noche sin estrellas, sin miedo, ni poemas,

rompimos es cielo por incomprensión,

no nos miramos a los ojos,

y cegamos el corazón.

Hoy lloramos solos como tontos,

porque no entendimos al amor,

coloreamos con razón a la pasión,

e hicimos del odio nuestra canción.

Muertos para ti y para mi,

no hay verso que nos haga revivir,

tendremos que nacer y volver a sufrir,

los segundos de frió de un corazón mendigo.